viernes, 28 de marzo de 2008

EL TESTAMENTO DE LA SARDINA







Ante el final de la sardina, ha tenido lugar el “testamento de la sardina”, con la lectura del mismo desde el balcón del Consistorio murciano. Hecho que ha ido precedido de un desfile de los distintos grupos sardineros.

Sobre las 20,30 horas daba comienzo un espectacular desfile por las calles del centro de Murcia, tomando partido los diferentes grupos sardineros, con bandas de música, grupos de hachoneros, y la inclusión de diversas comparsas del carnaval que junto con grupos extranjeros han hecho las delicias de pequeños y grandes, en lo que ha venido a ser la tradicional celebración vespertina del preámbulo del gran desfile que mañana tomará las calles murcianas, propiamente del Entierro de la sardina.

Al tradicional bullicio de las charangas, de los pitos de los grupos sardineros, y del numeroso público, pidiendo la entrega de los tradicionales juguetes de regalo, se ha unido la sensualidad de los grupos carnavalescos, la peculiaridad de las bandas de música escocesa y china, y la variedad étnica del grupo africano con sus tradicionales danzas y percusión. Todo lo cual, ha conformado un conjunto multicolor, pluricultural y multiétnico digno de ser presenciado, en una noche primaveral murciana que invitaba a la salida y a la fiesta.

Así pues, todo ha quedado dispuesto para el gran día de mañana en que se dará fin a las fiestas de primavera con el gran desfile del Entierro de la Sardina, que será el magno espectáculo de estas fiestas murcianas, y concitará una gran afluencia de público, como es tradicional, desde su inicio hasta su fin con la quema de la sardina en lo alto del puente.

No obstante, el día es largo, y ya de mañana se darán cita las comparsas de los distintos grupos sardineros en la avenida de Alfonso X, sobre el mediodía, para hacer el tradicional pasacalles con las bandas de música y reparto de juguetes, en lo que será un preámbulo al desfile vespertino de cierre de la semana grande murciana.

ENCARNA BO RESPONSABLE DE PROTECCIÓN CIVIL DE MURCIA


El Ayuntamiento de Murcia ha encargado a Encarna Bo, enfermera del Servicio Murciano de Salud, la organización de protección civil en el municipio de la capital, y especialmente la constitución de un Servicio de Urgencias Sanitarias en la localidad (SEAMUR) que complemente al del Servicio Murciano de Salud.

Así con una dotación de unos 120 efectivos, todos ellos voluntarios, acometen la labor encomendada a protección civil (prevención de riesgos públicos, asistencia en accidentes, búsqueda de desaparecidos, y labor de apoyo a la fuerzas de seguridad, bomberos y efectivos sanitarios). Para ello además, cuentan con una furgoneta de transporte y apoyo logístico, un hospital de campaña, y una ambulancia con soporte vital avanzado, amen de la red de transmisiones para la comunicación de los distintos efectivos, y su coordinación con otros operativos de seguridad y asistencia.

Encarna, que ha aceptado con gran ilusión la responsabilidad que el Consistorio le ha encomendado, y en la que venía trabajando desde hace años con su esposo, en régimen de voluntariado, nos ha comentado su pretensión de poner en marcha un dispositivo sanitario de urgencias y emergencias para el municipio de Murcia, análogo al SAMUR madrileño –que depende del Ayuntamiento de Madrid-, y que tan benemérito servicio está prestando a la Capital de España.

A tal fin, nos indica que para después del verano espera contar con otro vehículo ambulancia con soporte vital, teniendo claro que todos los accidentes que surjan en la vía pública del municipio murciano son el ámbito de actuación de éste nuevo servicio que se coordinará con las UME´s del Servicio Murciano de Salud, que dependen de la Comunidad Autónoma de Murcia.

También nos ha comentado que tienen una unidad de rescate, para accidentados en montaña, y otra unidad canina para la localización de personas desaparecidas o extraviadas, contando ya con un can entrenado y preparado para tales menesteres.

Así que a Encarna Bo, que anoche estaba al frente del operativo de protección civil para el desfile sardinero, le deseamos todo tipo de éxitos en esta nueva singladura que acomete. Al propio tiempo, felicitamos al Consistorio de la Capital por esta iniciativa pública, que sin duda mejorará el servicio de asistencia pública en nuestra ciudad.

martes, 25 de marzo de 2008

IRAK: UN QUINQUENIO DE VIOLENCIA Y DOLOR



Hace cinco años que el “mundo civilizado” decidió invadir Irak y deponer al sátrapa de Sadam Husseín que lo gobernaba con mano de hierro, en un régimen, a todas luces deplorable, por el nepotismo y la continua conculcación de los derechos humanos, que mantenía la unidad de un país artificial, e internamente enfrentado, practicando la violencia de Estado con sus propios súbditos.

Pero el “mundo libre” que se hartó de predicar la liberación del país, su democratización, y el fin de la satrapía iraquí, sólo ha conseguido parciales resultados, de forma inestable, y a un alto precio en vidas humanas de su propia milicia, del país ocupado, que afecta a los civiles del mismo, con un país en ruinas siendo uno de los principales productores de petróleo.

Ciertamente, el dictador iraquí en su violenta concepción de la vida –que mantuvo hasta el final de sus días- sólo concebía el ejercicio del gobierno desde la violencia, y no sólo la interior, sino también la exterior, inicialmente en la guerra que mantuvo con su vecino Irán, en la ulterior invasión de Kuwait, y en el enfrentamiento con el “imperio americano”, cuyas bravatas le llevaron al desastre de la guerra y de su propia extinción personal.

Tuvo sometidos a los kurdos del norte de Irak, llegando a la práctica del genocidio, utilizando letales armas químicas con la población civil, tuvo igualmente sometida por la fuerza y la represión, a la mayoría chiíta del sur del país, y se mantuvo con el ejercicio de la violencia de Estado, y el apoyo estadounidense, en tanto sirvió a estos en su lucha de freno y desgaste del régimen fundamentalista iraní, desestabilizador de la zona. Pero cuando dejó de prestar ese servicio, y en su errática política tocó intereses occidentales en el área petrolífera más productiva y políticamente más inestable, los americanos cambiaron su consideración del régimen iraquí, que en esencia era el mismo que antes apoyaban, salvo que se revolvió y “mordió la mano” del que le ayudaba. De donde se deduce que ese cambio de catalogación, y esa apuesta por la invasión, no tenía tanto un fundamento jurídico internacional, ni ético social a favor de los sistemáticamente negados derechos humanos en Irak, sino de claro interés económico y estratégico.

Claro que en las relaciones internacionales, desde el punto de vista de la dominante “teoría realista” lo que determina un posicionamiento internacional es el interés de Estado, primando sobre lo ideológico, que es lo que viene haciendo Estados Unidos cualquiera que sea el gobierno que rija el país, aunque con el devenir de los acontecimientos en Irak está pagando un alto precio en vidas humanas de sus propios efectivos militares.

Posiblemente fuera necesaria la intervención militar para derrocar a un dictador, pero lo cierto es que el país se acabó desequilibrando totalmente, inmerso en una guerra civil junto con una reacción de los grupos fundamentalistas islámicos contra el invasor occidental, en una peligrosa combinación de incierto resultado final, atizando aún más odio a Occidente en el mundo árabe, que se siente injustamente tratado, desde la irresuelta cuestión palestino-israelí. Y que eleva la combustibilidad del fundamentalismo islamista que crece con el irredentismo tercermundista, el fanatismo y el odio a todo lo que representa el mundo occidental; con la agravante que ese victimismo ya llega a nuestra sociedad occidental donde viven muchos ciudadanos islamistas, entre los que se encuentran los radicales que claman por la yihad, la “guerra santa” contra los cruzados y los infieles, que exceden con mucho al concreto conflicto iraquí, al palestino o al afgano, ya que con esa raíz y denominador común, tienen fácil la extensión de su resentimiento frente a Occidente.

Por lo que se hace necesario, un acercamiento cultural, económico y social, tanto en el orden nacional como internacional, que permita el mutuo conocimiento, la cooperación, y el destierro de cualquier excusa para que los fanáticos no la utilicen en beneficio de sus planes violentos, que hemos padecido en capitales occidentales como Nueva York, Londres, y Madrid.



sábado, 22 de marzo de 2008

VIERNES SANTO EN LORCA










Ningún día hay más grande para la población del Sureste español que el Viernes Santo, en que la ciudad, entre la fe y la tradición, se moviliza a conmemorar la Pasión de Cristo.

Desde bien pronto comienza el desfile penitencial, con el rezo del vía crucis desde la Iglesia de San Francisco hasta el Calvario.

Seguidamente, se realizan las visitas a las Capillas de Ntra. Sra. de la Amargura y de los Dolores, en sus respectivas sedes de Santo Domingo y San Francisco, en las que se muestra una somera exposición de los bordados de la ciudad y de las imágenes de las respectivas patronas de las dos grandes cofradías lorquinas, “los blancos y los azules”, que son los que acogen los afectos y emociones de los lorquinos, en una forma diferente de procesionar.

El Viernes Santo en Lorca se revive Jerusalén, es por ello, que resulta más propio denominarlos como “Desfiles bíblico-pasionales” que como procesiones, ya que presentan muchas imágenes del Libro Sagrado, en lo que resulta un viaje por los principales pasajes bíblicos, más allá de la evangélica pasión de Cristo.

Así personajes bíblicos como los reyes David y Nabucodonosor, con sus respectivas cortes a caballo, Cleopatra, la reina de Saba, Nerón, o los jóvenes arrojados al fuego, los cuatro jinetes del Apocalipsis, todos ambientados en su época, bien en carrozas, carros de caballos, cuadrigas con sus aurigas, grupos de caballería diversa (romana, judía, egipcia, o etiope), representan la parte de la historia sagrada, que aúna el Antiguo con el Nuevo Testamento, Nueva Alianza con Dios. Todo lo cual se complementa, con la parte religioso-pasional de tronos con imágenes sacras que rememoran la trágica muerte de Cristo, todo lo cual acompañado de sus respectivas bandas de música, con uniformidad al uso, bandas de cornetas y tambores y legiones romanas, hacen que el espectador se vea sumido en los diversos pasajes bíblicos que se representan, de ahí que ese día Lorca se transmute en la Jerusalén bíblica.

Y a todo lo anterior, hemos de añadirle la tradicional disputa entre las dos grandes cofradías de blancos y azules que hacen que toda la población, de uno u otro modo, tome partido por uno u otro grupo y se implique emocionalmente en los desfiles bíblicos de Semana Santa, dándole todo ello un toque extraordinario que le hacen únicos e inigualables, y dignos de ser conocidos.

domingo, 16 de marzo de 2008

COMIENZAN LAS PROCESIONES


El primer día de procesión en la Ciudad de Murcia fué el viernes, con el desfile que partió de la Iglesia de San Nicolás de Murcia, y recorrió las principales calles de la ciudad, con sus tradicionales túnicas de azul celeste, y diferentes imágenes sagradas de los misterios de la pasión.
El sábado procesionó otra Cofradía que partió del templo de Sta. Catalina y recorrió el centro antiguo de la Ciudad de Murcia, con sus tradicionales túnicas rojo burdeos, y los tronos llevados a hombros por los nazarenos estantes ataviados con las clásicas túnicas murcianas, que mezclan prendas penitenciales con otras de tradición huertana, dando lugar así a la mezcla entre la ciudad y la huerta.
Este domingo lo hará la Cofradía de Ntra. Sra. de la Esperanza, que desde la Parroquia de San Pedro procesiona, igualmente por el centro de Murcia, ataviados con sus tradicionales túnicas verdes.
El lunes santo desfilará la Cofradía del Stsmo. Cristo del Perdón, que desde la castiza Iglesia de San Antolín desfilará por el tradicional recorrido, con sus túnicas rojo magenta, o rojo cartagena.
El martes confluyen en el desfile sendas cofradías, la de los hospitalarios, desde la Iglesia de San Juan de Dios, tras la Catedral, y la de San Juan que desde la Iglesia de su nombre, se une al desfile de la primera a su paso por la calle Isidoro de la Cierva, para recorrer unidas todo el trayecto establecido por el centro de la ciudad, poniendo de manifiesto un estilo más penitencial, dentro de la semana santa murciana.
El miercoles desfilará la cofradía de la sangre de Cristo, tradicionalmente conocida por "los coloraos", que desde el barrio del Carmen procesionan sus tallas de gran valor artístico y religioso por todo el centro de la capital del Segura, con sus túnicas tradicionales de color encarnado. Siendo, junto con la procesión del viernes por la mañana, la de mayor participación de cofrades y tallas religiosas.
El jueves desfila la procesión del silencio, que pone un tono de mayor rigor, recogimiento e intimidad, con un solo trono que desde la Iglesia de San Lorenzo procesiona por el centro de Murcia, en el entorno de la Catedral.
El viernes santo hace su recorrido la Cofradía de Ntro. Padre Jesús, conocida por los "moraos", o también por la de los "salzillos" -por el color de sus túnicas, y por las tallas de los tronos que desfilan, del afamado escultor murciano del barroco-. Parte a las 8 de la mañana desde la Iglesia de Nuestro Padre Jesús, en el barrio de San Andrés, y recorre la ciudad de Murcia hasta primeras horas de la tarde. Tiene gran interés por las excepcionales tallas del escultor Francisco Salzillo, de gran belleza y realismo.
El viernes por la tarde, también hay procesión en el centro de Murcia, con sendas Cofradías que convergen en la Gran Vía, partiendo una de la Iglesia de San Miguel, y la otra desde la Iglesia de San Bartolomé, con sus tallas propias del día de pasión en que desfilan.
El domingo, finaliza la Semana Santa, y con ella las procesiones, con la de la Cofradía del Resucitado, que desde la Iglesia de Santa Eulalia recorre las calles céntricas de la ciudad, con unas túnicas blancas apropiadas al momento festivo de la Resurrección del Señor, en un ambiente de alegría propio del momento que se conmemora.

domingo, 2 de marzo de 2008

EL DESGOBIERNO JUDICIAL


Con cierta frecuencia toma actualidad alguna noticia de la justicia en nuestro País, no en vano son miles las decisiones que diariamente toma en todo el Estado.
En el momento presente, de nuevo ha cobrado actualidad la justicia en nuestra sociedad, ya que dos hechos están siendo objeto de información y son seguidos con cierto grado de estupor y preocupación.
Por un lado, nos encontramos con la reciente confrontación entre las cúpulas judiciales del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, Fiscal General por medio, sobre la polémica sentencia del Tribunal Constitucional en el caso de “los Albertos”, que resulta curiosa por el desigual trato dado en este asunto por el constitucional, incluso sobre su propia doctrina, así como una denunciada extralimitación de competencias, realizada por el Tribunal Supremo, y el subsiguiente malestar derivado de lo que públicamente se ha percibido como injusto –más allá de la compleja técnica jurídica- hasta por el mismo Fiscal General del Estado.
Por otro lado, seguimos asistiendo a la huelga de los funcionarios de la Administración de justicia, que va inicia su quinta semana, sin solución aparente. Hecho que, de nuevo, pone de relieve el malestar de los funcionarios por la desigualdad salarial con sus homónimos transferidos, en una compleja Administración que no acaba de alcanzar la modernidad varias veces prometida, y que supondrá un incremento de las ya tradicionales demoras de los lentos trámites judiciales. Apartando de nuevo a este servicio público de la demanda social de una justicia eficaz, lo que supone necesariamente diligencia, rapidez y ejemplaridad, junto con un sustrato de decisiones justas., puesto que de lo contrario se resiente el “Estado de Derecho”.
Todo esto, junto con otros sucesos antecedentes, debería hacernos plantear el actual modelo decimonónico de Administración de justicia, de una parte, y la configuración constitucional del poder del Estado, que requiere independencia para su óptimo funcionamiento, hecho que se inició con la generación del Consejo General del Poder Judicial –gobierno de los jueces, independiente del Ministerio de Justicia-, pero que cuando llegó el PSOE al poder en la década de los años 80, varió su constitución y funcionamiento interno, so pretexto de la democratización tratando de evitar un “excesivo corporativismo” judicial, de manera que el Consejo General pasó a constituirse mediante designación del Congreso de los Diputados, lo que ha supuesto que se politizara, al ser unos jueces designados por unos grupos parlamentarios y otros por los restantes. Hecho que determinó la indirecta dependencia de éste Órgano al intervenir los grupos políticos, no en vano Alfonso Guerra dijo por aquel entonces que Montesquieu había muerto.
Con tal determinación organizativa, nos encontramos que tanto gran parte de la promoción, y cuestiones disciplinarias están en manos de este Órgano, que por su composición multicolor supone que el Gobierno del Poder Judicial esté, de alguna manera, comprometido con el Poder Legislativo, e incluso con el Ejecutivo, de donde la independencia de los poderes del Estado, garantía de las libertades públicas democráticas, en cierto modo han sido matizadas al punto de cierta supeditación. Hasta tal punto, que en la legislatura que concluye el PSOE y el PP han sido incapaces de ponerse de acuerdo en la renovación de los vocales del Consejo del Poder Judicial que deberían de haberse renovado por expiración de su mandato, con el consiguiente bloqueo en la cúpula de gobierno judicial.
Ante esta situación, unida al mosaico administrativo territorial del Estado de las Autonomías, que provoca desigualdades de trato entre funcionarios, como es el caso que padecen los funcionarios judiciales en huelga, creo que se debería llegar a un Pacto de Estado en torno a la situación de la Justicia, de forma que se dispusiera una conveniente organización de gobierno de los jueces que restituyera a éstos la necesaria independencia, como Poder del Estado, evitando al máximo las dependencias y fragmentación grupal de la judicatura, y modernizando la oficina judicial, con simplificación de trámites judiciales, al tiempo que se alcanzara otro pacto de función pública que hiciera posible el respeto a los derechos adquiridos, del escalafón, categorías, y funciones que junto con una selección profesional de los servidores públicos hiciera más eficaces a las distintas Administraciones Públicas, profesionales, objetivas y no se dieran las clamorosas situaciones de discriminación entre cuerpos funcionariales.
Nuestro País requiere una justicia moderna, rápida, equitativa e independiente de influencias, y con un organigrama claro, ya que siempre se ha mantenido los diferentes ámbitos de la justicia ordinaria respecto de la constitucional, y en el momento presente, parece que tales ámbitos atraviesan por controversia y confusión que conviene despejar cuanto antes por el bien del País y el buen funcionamiento de sus Instituciones Públicas.