domingo, 10 de febrero de 2008

UN FIN DE AÑO EN IBERIA


Un año más llegamos al equinoccio de invierno –como le gusta hablar a la progresía, para eludir el término navideño-, en un País llamado España, pero que para no molestar a los nacionalistas, denominaremos Iberia, en un tiempo pre-electoral con infinidad de mensajes cruzados, nada inocentes, cargados de intención propagandística de uno y otro lado.
Pero mirando a nuestro alrededor nos encontramos, por un lado con los asedios policiales a determinados ayuntamientos de Levante, que llevan sobre sí la acusación de haber sido franquicia de la “cueva de alí babá”, y que arrastrarán hasta que no se vayan resolviendo los diferentes casos judiciales, para oprobio de políticos y empresarios implicados. Aunque no cesa de escucharse la voz de un sector político insinuando que tras estas acciones hay una campaña diseñada por sus opositores en el Gobierno de la Nación, ya que raramente la virtud va por barrios, extraña que no haya habido intervención en Ayuntamientos de diferente color político. Aunque no deje de ser una excusa impropia de cualquier dignidad política, y más bien sea emplear la vieja técnica del “ventilador”.
Por otra parte, hemos asistido a unos hechos execrables relacionados con el desmadre existente en algunas clínicas abortivas, que según informaciones de estos días, no cumplen la ley del aborto, llegando a realizar abortos excedidos de plazo, sin que las autoridades competentes, al parecer, realizaran labor de inspección sobre dichas clínicas. Lo cual no deja de ser algo indignante, ya que en muchos casos las clínicas afectadas radicaban en autonomías gobernadas por el partido conservador que se distinguió por su oposición a la ley del aborto socialista, pero que en una incomprensible dejación de funciones de inspección y control, da lugar a que se establezcan auténticos chiringuitos sanguinolientos del aborto libre, y por pasta… ¡Todo por la pasta…!, he ahí la moral de tales chiringuitos. Y a todo esto, ¿qué hacía la Consejería de Sanidad de Madrid, o de Cataluña para controlar la acción de dichas clínicas?. Ahora, cuando la denuncia salta a la prensa, se “lavan las manos”, y se ven obligados a cerrar las clínicas.
En otro orden de cosas, el PSOE sigue presentándose como alternativa seria de gobierno, pero llega con los deberes por hacer, o no del todo bien hechos, ya que las cifras económicas no les acompañan, es más son un tanto impresentables, dada la disparatada subida de los productos de primera necesidad, y el incremento del porcentaje interanual de inflación por encima del resto de la UE. Pero en el terreno político, tampoco pueden sacar mucho pecho, ya que esta pasada legislatura que está acabando, se ha dedicado más a mirar al pasado guerra-civilista, aún con forma de talante, pero removiendo los rescoldos de los enfrentamientos entre españoles, que se decían enterrados con la transición, ya que de otro modo, la derecha gobernante entonces difícilmente hubiera accedido al progreso de la misma. Ello junto con las negociaciones con los separatistas, para entregar el Estado a trozos, y las cesiones a los grupos lésbico-gays, ha dado como consecuencia un “totum revolutum” en el que nos encontramos, donde difícilmente uno puede orientarse, y de donde se deduce, que para ZP parece que cualquier cesión es viable si ello le garantiza mayor recorrido en el “sillón”.
Si bien, en la actualidad se nos presenta como dialogador magnánimo que no consiente fisura alguna frente a la violencia terrorista ni a la secesión estatal, con carga de promesas ante el electorado, después de haber perdido el tiempo con concesiones para la galería, y ausencia de proyectos eficaces y positivos de interés general.
Así no sólo fallan las cuentas de la economía nacional, también los programas de vivienda social –cuya ineficacia no justifica un ministerio-, fallan las ejecuciones de las Obras Públicas según lo previsto –pero no hay responsabilidades políticas-, la Administración de Justicia, no transferida, se encuentra en huelga por las injustas diferencias de sueldo de sus funcionarios, amen que se continúa con la crónica demora de los trámites de enjuiciamiento, el paro y la inmigración siguen siendo problemas prioritarios para los ciudadanos españoles, sin que tengan claro ningún plan gubernamental que de solución a éstos. Y con el terrorismo han llevado una acción errática, provocada por el publicitado periodo de negociación que restó eficacia por indiscreción a la misma.
Pero en lo que se ha recibido un claro suspenso ha sido en educación, donde nuestros estudiantes demuestran niveles inferiores de conocimiento en relación a etapas anteriores y al entorno europeo. Siendo la cuestión territorial del Estado otro de los grandes fracasos, por “entrega vergonzante” a los nacionalistas, cuyo proyecto nacional-autónomo en la mayoría de los casos no resulta compatible con el proyecto nacional español.
Con esos mimbres, tenemos estos cestos… Y entre tanto el PP, a remolque de su electorado en las manifestaciones públicas, plantea una oposición de acoso y desgaste al gobierno, que a los únicos que puede beneficiar es al PP si sacan los réditos electorales que planean, pero no al resto de la ciudadanía que contempla con preocupación un presente y un futuro, que de estar más o menos estabilizado política, social y económicamente en el interior de la UE, vemos que las disputas partidistas, y los fracasos gubernamentales nos afectan directamente, pese a compartir el mismo techo de la UE.
Creo que es hora que los dos grandes partidos nacionales lleguen a estipular un pacto de reforma constitucional, que organice definitivamente la España de las Autonomías, que evite la injusta y antidemocrática situación que se está dando, que unas minorías nacionalistas e incluso separatistas, marquen la agenda al gobierno de España, le condicionen su acción de gobierno, y debiliten la acción del Estado en su soberano territorio.
Resulta muy necesaria, por demás, regenerar la vida política, no es posible seguir asistiendo al escándalo que estamos presenciando en no pocos Ayuntamientos corruptos. Se ha de cumplir la ley, por parte de todos, se han de pedir responsabilidades cuando procedan, y han de articularse mecanismos de inspección y control para evitar el desvarío.
Las heridas de la guerra civil, las memorias de la historia, y demás acciones deberían de quedar superadas por el proceso de transición ya cerrada.
El respeto a las Instituciones, a los sentimientos religiosos de los españoles, debe de pesar tanto como la libertad de expresar opiniones, sin hacer mofa ni escarnio, como hemos venido asistiendo durante este año.
Entre tanto estos mínimos, pero fundamentales factores, no se den y se respeten, nuestro País no sólo no progresará, sino que se deteriorará la normal convivencia, algo en lo que todos tenemos responsabilidad, pero especialmente nuestra clase política, que en un ejercicio de responsabilidad inusual y extraordinario debería de tender puentes para entenderse en enmendar el marco actual de convivencia.

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